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☽ Poema: De La Primera Aurora ☾
De La Primera Aurora
Tu y yo somos de la primera aurora.
Tus manos, son las raíces de tu alma ahora.
El aire salino humedeciendo mis ojos secos
me toma las manos para mostrarme como somos barro
mojado, pisado, modelado, y que no vemos...
Tierra fisurada que mancha este azulejo,
tierra mojada que tiene grano brillando.
Pues tu y yo devenimos de la primera aurora.
Tus manos, son las raíces de tu alma ahora:
Ellas respiran silencio...
necesitan sembrar sus jadeos,
enterrarse, escuchar miedos.
Míralas para confirmarme que existo,
escríbemelas con bocetos de grafito.
Porque somos pliegues que ensombrecen el adiós
y mugres de sabores infinitos que silban un son.
No somos la unión, sino todo
con cubiertas moteadas de oro,
con sus ríos lastimeros a cadencia
de ritmos puros para mover la vista.
Búscame con ésta misma y sujetala,
consumámonos en silencio y espera...
esperemos con atención al tiempo
para que bombeen los latidos de nuestra era,
para acariciar la corteza de razón numérica;
- corteza, mi piel con estas fisuras rectas.
No son naturales a voz del cielo,
así que el alma enciende unas libres velas
para tapar los surcos de su cuerpo.
Pues tú y yo intermediamos de la primera aurora.
Tus manos, son las raíces de tu alma ahora.
Mis pisadas, mis huellas, mis palabras,
todas encontradas con las tuyas, y las tuyas
conociendo tus raíces y fibras para que fluyan
entre el último suspiro de la planta
dejando semillas para la próxima aurora.
Donde crecerán más susurros y momentos,
que cuando caen piedras cada tres veintiuno,
tocamos las estrellas y su lamento
centelleantes como trozos de barro húmedo.
Y con ellos modelamos las hebras de lindes territoriales
por enterrar, estirar y transformar sus puntos cardinales.
Desplazáremos nuestra imagen tomándonos
desde nuestro sustrato multiplicado.
Hablame desobedeciendo a tu lengua en estos parajes,
muéveme hacía donde pararan las sombras de las imágenes.
Ven a contarme sobre tu vieja rotura
y construyamos una nueva abertura.
Pero antes, detente ahí en medio
y bebe un poco de la línea de fuga,
camina oliendo el aroma del tiempo.
Pues tú y yo concluimos de la primera aurora.
Tus manos, son las raíces de tu alma ahora
Nunca dejes de buscar otra mirada que mirar,
despídete de la que estás viendo en el espejo:
mañana murió, porque se movió para esperar.
Urdimbres entramando hacía donde caminas,
mimbre sobre mimbre - ¿a dónde vas?
Tu y yo transformamos a la primera aurora.
Tus manos son las raíces de tu alma ahora.